-Ha vencido en uno de los congresos locales más ajustados que se le recuerdan al PSOE en Jerez. Tras el resultado final, ¿cree que el proceso se ha cerrado en falso?

 

-Estoy satisfecha y tengo que agradecer la normalidad con la que se ha producido el proceso. Ha sido llamativo, quizás, que se hayan producido tantas candidaturas pero también es normal que muchos compañeros hayan querido dar el paso porque tienen distintas ideas sobre cómo plantear el futuro del partido tras una etapa difícil. Frente a otras organizaciones con candidatos predeterminados, aquí cualquiera pueda conformar un equipo y presentarse. Viví la noche con mucha ilusión y la conclusión a la que llegamos es que de verdad empieza ahora un tiempo nuevo en el PSOE. Lo cierto es que había muchas candidaturas pero todas llevaban documentos de trabajo que si se confrontan coinciden en el 90 y mucho por ciento. Por tanto, llevando las cosas con tranquilidad y sosiego, sin renunciar al debate interno, el partido irá caminando hacia la unidad.

 

-¿Ha podido hablar con los otros dos candidatos a la secretaría general, Juan Miguel Becerra y Juan Carlos Camas?

 

-Tengo que tener más sosegadamente esa conversación. La noche de la asamblea por supuesto que hablamos y vi que no habrá ningún tipo de problema para trabajar todos juntos para unificar el partido en torno a nuestra única preocupación: el estado de la ciudad. Jerez está mal y los jerezanos demandan un PSOE que sea alternativa y no se mire más al ombligo.

 

-¿No hubiera sido positivo, al estilo norteamericano, haber dado sitio a los perdedores en la nueva ejecutiva local socialista, aunque fuese 'a posteriori'?

 

-El propio proceso a nivel local establece que hay que presentar la candidatura al completo, no sólo la del secretario general. Eso no quiere decir que una vez que este equipo de dirección empiece a trabajar no exista esa integración de todos los compañeros. La ejecutiva no será lo único que funcione en el partido.

 

-Según los votos tras la asamblea local, ¿le preocupa tener a la mitad del partido en contra?

 

-No... Las cosas se demuestran con el tiempo y cuando de verdad una ejecutiva tiene como meta la unión, que todo el mundo participe y no marcar límites ni distancia entre los unos y los otros, eso se comprobará. El primer mensaje que queremos mandar es que tenemos que estar en la calle y en la sede. Todos cabemos y cuando esa línea de trabajo se vea, estará claro que no tiene por qué haber quejas ni exclusiones.

 

-¿Se ha podido contar poco en los últimos años con las bases?

 

-Ha habido bastantes grupos de trabajo, pero quizás no se supo implicar a toda la militancia. Todo es mejorable y lo que queremos es una Casa del Pueblo abierta todos los días y con mucha actividad. El punto de partida de esta nueva ejecutiva parte de las propuestas de la militancia, con lo cual está claro hacia dónde queremos caminar.

 

-Se ha hablado mucho de que al ser considerada candidata oficial, su proyecto es continuista de la anterior dirección que lideraba Pilar Sánchez, ¿es así?

 

 -Va a ser un PSOE radicalmente nuevo. Es un nuevo tiempo. Vivimos un momento distinto, con un partido que está en otra etapa, ahora de oposición, y con una ciudad que está en unas circunstancias totalmente distintas a las de antes. Esta ejecutiva está renovada, con gente nueva y del anterior proyecto, pero con un contexto diferente. Miramos hacia el futuro y del pasado sólo queremos aprender de los aciertos y de los errores.

 

-Ahora que habla del pasado, ¿por qué cree que el informe de gestión de los últimos cuatro años se votó de forma negativa por parte de la propia militancia?

 

-Está claro que si un partido pierde unas elecciones es que algo no se ha hecho bien. Si por algo se caracteriza el PSOE es porque toda la militancia tiene derecho a la crítica y a la autocrítica. Hubo muchos condicionantes y causas externas, pero si se entiende que la gestión pudo ser mejorable, se asume y ya está. Es la normalidad del partido. Lo grave sería que esa gestión no se sometiera a la votación y el dictado de las bases. Ahí está nuestra riqueza: hemos pasado la etapa de reflexión y autocrítica, y ahora comienza otro tiempo.

 

-¿Hubo en esa etapa anterior un exceso de personalismo?

 

-Hombre, es indiscutible que al tener una alcaldesa y una secretaria general representadas por la misma persona todo estaba muy focalizado en la figura de Pilar Sánchez. Quizás ahora el partido demanda otro tipo de liderazgo donde no todo esté focalizado en la misma persona. Ahora estamos en otra etapa y pretendemos dar otra imagen, otro tipo de proyección exterior de trabajo en equipo, debate y autocrítica, que entre todos configuremos el camino que vamos a seguir. En este instante, se reclama liderazgo compartido. Es lo que necesitamos.

 

-Su jefa provincial en el PSOE, Irene García, decía que una de las asignaturas pendientes del partido en Jerez es acabar con las 'familias', ¿es posible?

 

-No lo veo difícil porque creo que es algo de lo que todos tenemos ganas. Tenemos ganas de guardar las etiquetas y los cartelitos con el apellido de cada uno. Todos nos estamos mirando a las caras de distintas formas y la dinámica en el último año ya ha sido totalmente diferente, trabajando en grupo distintas sensibilidades. Es un deseo de todos, sin excepción, el acabar con esa imagen y esas divisiones. Y si es un deseo de todos se va a cumplir. Aprovechamos la experiencia de toda la militancia, que es nuestro gran activo.

 

-¿Hay que mejorar el trabajo del PSOE como principal grupo de la oposición en el Ayuntamiento?

 

-Dimos un margen de confianza al PP para que demostrara lo que es capaz de hacer. Y ha quedado en evidencia que es capaz de hacer muy poco por esta ciudad. Pero es que además hemos trabajado de manera constructiva sin confrontar por confrontar. No ha habido una única propuesta, recorte o proyecto que el PP haya puesto en marcha que no haya contado con una alternativa positiva del PSOE. Pero a ellos les ha dado igual, aplican el rodillo con prepotencia y soberbia. Ahora habrá que ver si hay que cambiar la estrategia en adelante.

 

-¿Qué le parece la mano tendida que ha ofrecido a la oposición esta semana el gobierno del PP?

 

-Sinceramente, agradecemos esa capacidad de diálogo tardío, pero nos parece irrisorio que con tantas decisiones terribles como se han adoptado en este primer año y medio de gobierno, ahora quieran hacernos creer que empezaron a gobernar ayer. Nuestra obligación es acudir allá donde nos llamen, pero hablar ahora de diálogo con 34.000 parados, muchos de ellos con la firma de la señora Pelayo, es irrisorio. Su credibilidad está en entredicho: fue capaz de poner por escrito lo que no iba a hacer y lo ha hecho. Ahora dice esta señora que es un logro arreglar siete fuentes en una ciudad con esa tasa de paro y a la que no llega ni un euro de inversión.

 

-¿Prevé una salida de Pilar Sánchez y Francisco Lebrero a corto plazo, tal y como se rumoreaba?

 

-El acta de concejal es personal, así que tenemos que respetar los tiempos que manejen los compañeros. Es decisión de cada uno y cuando se produzca, el grupo se reconfigurará. Paco (Lebrero) hasta el día de hoy sigue siendo el portavoz.

 

-¿Hay margen para que el PSOE recupere la confianza perdida de la ciudadanía de aquí a 2015?

 

-Si algo he aprendido en este tiempo es que en política un año es una eternidad, imagínese tres. El PSOE conoce los problemas de la ciudad y es un partido de gobierno, por lo que seremos capaces de devolver la ilusión a la ciudadanía con proyectos e ideas. Nuestro trabajo es construir una oposición cercana, sincera y creíble. Ya notamos como la gente nos reconoce las cosas buenas que hicimos: antes había crispación por retrasos en los pagos y ahora la hay por despidos. Es muy diferente.

 

-¿Se ve de candidata en 2015?

 

-(Risas) Pensar en 2015 es una eternidad, ya le digo. Mi único reto es dar el 100% en cada ámbito en el que estoy. Ahora soy concejal, secretaria general y estoy en la ejecutiva regional. Es un trabajo ilusionante en lo orgánico y en lo institucional. El tiempo dirá.

 

 

 

 

(Ver en Diario de Jerez)